miércoles, 17 de septiembre de 2014

En defensa de los "pluris"

@JorgeMGalvan

Independientemente de si la Suprema Corte de Justicia de la Nación considera constitucional o inconstitucional una consulta popular en el tema de la reducción de diputados plurinominales tal como lo ha impulsado mi Partido, el PRI, vale la pena discutir, criticar, contestar y valorar los argumentos esgrimidos en el debate público. Esta discusión pública es una lucha cultural e ideológica que bien vale la pena dar porque en ella se nos va la defensa de nuestra transición democrática y los resultados alcanzados.

En el libro que Enrique Peña Nieto publicó en 2011, el cual pasó inadvertidamente leído  por sus opositores quienes prefirieron mofarse de una ya famosa intervención en la FIL, expone lo que se convertiría en la columna vertebral de su propuesta como candidato a la Presidencia de la República y posteriormente la hoja de ruta de su administración como Presidente de México.

La tesis de ese libro es que México tiene la necesidad de pasar de una democracia electoral a una de resultados, el cómo es logrando tener un Estado eficaz. Para tener un Estado eficaz que permitiera dar resultados, el ciudadano Peña planteó en su libro la necesidad de contar con mayorías legislativas que impulsaran una agenda de reformas (como las reformas con las que hoy ya cuenta México) esbozadas que otorgaran resultados en la forma de acelerar el crecimiento para mejorar salarios y generar empleos. A grandes rasgos en esto consiste el libro “México la gran esperanza”.

El ciudadano Peña expuso que “la incapacidad para construir mayorías en nuestro país, está relacionada con la falta de un liderazgo, pero también se deriva de un sistema institucional que dificulta su construcción”. Por sistema institucional, el ciudadano Peña se refirió a nuestro sistema electoral (mixto: legisladores de mayoría y representación proporcional, o “pluris”) que imposibilita la construcción de mayorías, en particular una mayoría legislativa capaz de impulsar una agenda de reformas muy ambiciosa como la que plantearía el candidato a la presidencia y que hoy son realidad legislativa.

Enrique Peña asume que la falta de mayorías es una de las causas de la falta de resultados. Partiendo de este análisis que puede o no ser compartido (como la tesis del libro “Reformar sin mayorías” de María Amparo Casar, Ignacio Marván Laborde, José Antonio Caballero, Miguel Carbonell, Lorenzo Córdova, Sergio López Ayllón, Eric Magar, Francisca Pou Giménez y José María Serna), expuso en su libro de 2011 que una de las formas para superar esta “incapacidad para construir mayorías” además de contar con “liderazgo”, es la reducción de diputados plurinominales.

Una vez alcanzado el triunfo electoral en 2012, el Presidente Peña se vio en la necesidad de impulsar su ambiciosa agenda de reformas con alguno de sus dos mecanismos planteados desde 2011: liderazgo o una reforma al sistema político que redujera “pluris”. La nueva configuración legislativa (una plural como fue el mandato ciudadano en 2012) imposibilitó al Presidente electo contar con una mayoría legislativa de su propio Partido, lo suficientemente grande como para impulsar su ambiciosa agenda legislativa para dotar a México de un nuevo marco jurídico para dar los resultados comprometidos en campaña; esto no lo imposibilitó para impulsar su agenda legislativa e inclusive enriquecerla desde la oposición.

Una reforma política que impulsara la reducción de plurinominales para que el PRI contara con una mayoría legislativa era a todas luces innecesaria en ese momento para alcanzar los objetivos del Presidente electo, por lo que se optó por el liderazgo político para conformar una mayoría legislativa que impulsara la agenda de reformas. En este contexto nació el Pacto por México.

El Pacto por México demostró ser el espacio de neutralidad política en la que la mayoría gobierna permitiendo la participación política de las minorías. El Pacto por México dio viabilidad al proceso transformador que incluye a 11 reformas constitucionales (a pesar que no todas ellas son resultado directo del Pacto por México), el mayor proceso reformador en la historia de la democracia mexicana. El Pacto por México y sus resultados legislativos son signo de un gobierno que es incluyente, pactista y que entiende el fin de la política en democracia, que no es otro que el de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. 

El Pacto por México y las 11 reformas constitucionales demuestran que para tener resultados (legislativos) no es necesario reducir “pluris”. Una vez más, el Presidente Peña con ingenio y liderazgo logró alcanzar sus objetivos legislativos planteados como hoja de ruta de su administración sin reducir “pluris”.

Los productos legislativos del Pacto por México y las once reformas constitucionales, representan la capacidad de acuerdo en una democracia funcional en la que la mayoría gobierna sin ir en detrimento de la plena participación política de las minorías. Si concedemos que la transición democrática en México consistió en el tránsito de un modelo de democracia mayoritaria a uno concesional, podemos afirmar que el desmantelamiento del poder presidencial y el derrumbe del sistema de partido hegemónico en México fue marcado por la apertura del sistema que salvaguardó este principio de gobernabilidad mayoritaria sin ir en detrimento de la participación política de las minorías, es decir nuestro sistema electoral mixto.

Marcado por los tiempos, sus objetivos y la configuración legislativa permitida por la apertura del sistema político desde la Reforma política de 1977, el Presidente Peña logró demostrar que el liderazgo político fue suficiente para impulsar el proceso reformador más ambicioso y transformador en la historia de nuestra democracia. Esto lo logró sin recurrir a una reforma política que fuera en detrimento de la representación y participación política de las minorías en México. 

México, 11 reformas constitucionales después, demuestra que los resultados (legislativos) pueden ser alcanzados sin la necesidad de recurrir en la reducción de la representatividad de las minorías. No necesariamente hay más resultados con menos pluris, muy por el contrario: defendiendo la participación y representatividad de las minorías es como México ha logrado MÁS con los mismos pluris, alcanzando un nuevo y enriquecido (por la oposición, tal como lo ha afirmado el Presidente Peña) marco constitucional para tener una democracia de resultados. Negar el papel transformador de las minorías en el proceso reformador del peñismo equivale a negar lo mucho alcanzado en estos casi dos años de gobierno del Presidente Peña. Restar pluris es aceptar su ineficacia en el proceso reformador.


Defender la pluralidad legislativa en la República, derivada de nuestro sistema electoral mixto, equivale a defender nuestros logros en democracia; que si bien pueden ser vistos como pocos o varios, vale la pena defenderlos porque cuentan con  la legitimidad y fortaleza por haber sido alcanzados y enriquecidos por visiones diferentes de país que al final han demostrado que bajo el liderazgo y visión de Estado del Presidente Peña han podido ponerse de acuerdo para transformar a México.

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