viernes, 6 de junio de 2014

¿Por qué no crecemos?

@JorgeMGalvan
Publicado originalmente por el Partido Revolucionario Institucional el 23 de mayo de 2014


Si para crecer hay que ajustar todo desde nuestras expectativas hasta la Constitución, hagámoslo pero no esperemos más.


Para responder a la pregunta que todos los años un grupo de economistas se hace en la localidad de Huatusco, Veracruz, el Presidente Peña ha dado como respuesta la falta de un Estado eficaz y a su vez la presencia de una democracia que no da resultados.

Nuestro país no crece pues, porque para crecer hace falta diálogo, crítica y voluntad política (además de una ambiciosa agenda de reformas transformadoras que eleven cada una y entre ellas la productividad del país). Afortunadamente hoy sí tenemos voluntad política y como afirma el presidente Camacho: el PRI está dispuesto a apostar todo su capital político en la aprobación de las reformas para transformar a México.

La transformación de México en una democracia a nivel de suelo tiene como condición la de entregar resultados. Por esto, el Secretario de Hacienda tiene razón cuando dice que lo que esperamos lo mexicanos son los resultados. Estos resultados llegarán una vez que rompiendo las inercias de quienes no pudieron o no quisieron hacerlo en su momento, se logre mediante el diálogo en pluralidad democrática, adecuar nuestra Constitución al modelo de desarrollo mexicano que queremos para el siglo XXI: el Estado eficaz.

Quizás esté tomando más tiempo del que una administración eficaz quisiera para adecuar el marco jurídico a la implementación que busca dar resultados, pero este tiempo es uno en el que el Presidente Peña ha estado dispuesto a dialogar con la oposición que resuelve con plena libertad sus disputas internas como la elección del PAN, a pesar de que esto haya estancado el proceso legislativo. Hoy a diferencia de pasadas administraciones se quiere crecer, pero crecer con diálogo, no con ocurrencias ni cerrazón.

La forma en la que alcanzaremos tasas de crecimiento del 5% o más en este país, dista de los llamados cortoplacistas que los rezagados han hecho desde el populismo revelándose como herederos de la doctrina económica de Echeverría y López Portillo; doctrina populista que podía simular el crecimiento de un trimestre a otro como muchos sin memoria aspirarían que pasara el día de hoy.

México se decidió por un cambio con responsabilidad social, proyecto nacional y rumbo democrático: construir un Estado eficaz para tener una democracia de resultados. Hoy en México no hay espacio para el crecimiento simulado, financiado con deuda irresponsable y petróleo fácil, sino que sí lo hay para la aspiración de alcanzar mayores tasas de crecimiento transformando entre todas las fuerzas políticas de este país, nuestro marco legal para democratizar la productividad y alcanzar mayores tasas de crecimiento.

No caigamos en recetas autoritarias, populistas y fáciles para crecer. Si hay que ajustar nuestras expectativas de crecimiento para 2014 hagámoslo, pero sujeto a que se aprueben cuanto antes las reformas transformadoras por completo para comenzar a implementarlas y alcanzar esas tasas que todos queremos, sin secuestro ni retraso, hoy tenemos un Presidente que escucha, dialoga y rectifica para transformar. Demos paso pues, como dice nuestro embajador Francisco Suárez Dávila, del estancamiento estabilizador al nuevo desarrollo mexicano.

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